Ya son muchos los que nos han mencionado que desean saber más sobre Yemọja la reina del mar y dama de los océanos.
Para todos ellos, traemos este artículo sobre la maternal majestad de los mares, nuestra amada sirena sagrada.
Yemọja es la reina del agua salada, gobernante absoluta del hogar. Quien nos recuerda que un hogar es mucho más que una casa, porque ella representa la unión del clan familiar y es la protectora de la familia.
En nuestra tradición chamánica de Òrìṣà es ella quien bendice las cabezas de los bebés en el momento del nacimiento.
Sensible y sensual, Yemọja es la deidad femenina más conocida y adorada en sud-américa. Celebrándose en su honor grandes fiestas en las playas de muchas ciudades.
Sincretismo de Yemọja la dama de los océanos
La luz de Yemọja nos guía hacia el buen camino y la espiritualidad, avivando la Fe en nosotros mismos.
Yemọja se sincretiza con Stella Maris de oriente nuestra señora de los navegantes y con la virgen de la candelaria, cuyo día es el 2 de febrero.
Es ella la que proporcionará una buena pesca en los mares, facilitando la abundante variedad de alimentos de su reino para el sustento de los seres humanos.
De la misma forma que Ọdẹ y Ọtín protegen el equilibro natural de los bosques y selvas, Yemọja rige los seres acuáticos y preserva la vida marina, protegiendo tanto a los peces como a los pescadores.
Yemọja controla las mareas, es la resaca en la playa, y las olas del mar.
Representa las virtudes maternales, arquetipo representado en María madre de Jesús.
Por ello en el sincretismo, no de manera terrenal sino obedeciendo a los arquetipos que operan detrás de esta figura maternal. Se eligió como sincretismo de Yemọja, una de las más antiguas representaciones de María, Stella Maris o Estrella del Mar.
Stella Maris es un tradicional apelativo de María la madre de Jesús, la cual no está relacionada con ninguna aparición.
Esta representación surge de la necesidad que sienten los pescadores y navegantes de contar con la más alta protección.
«Si los vientos de la tentación surgen, y sois impulsados a las rocas de la tribulación mirad a Stella Maris, evocad a María. Si sois arrojados a las olas del orgullo, la ambición, la envidia o la rivalidad, mirad a Stella Maris, evocad a María. En caso de que la ira, o la avaricia, y el deseo carnal asalten violentamente a la frágil embarcación de tu alma, mirad a Stella Maris, evocad a María.»
San Bernardo de Claraval siglo XII
Origen de Yemọja
El nombre de esta entidad proviene del yorùbá y es una contracción de las palabras «Yèyé ọmọ ẹja», que significa “madre cuyos hijos son los peces”.
Yemọja, es un espíritu de la naturaleza proveniente de Nigeria en África, más precisamente del pueblo de Egbá. En este lugar, ella es una divinidad tanto de las aguas saladas como de las aguas dulces.
Dentro de Nigeria su culto principal se encuentra en Abeokuta y otros pueblos a las orillas del río Ògún.
Donde también es conocida por el apelativo de Ìyá Orí, (Madre de las cabezas), representante del poder progenitor femenino. Porque es la que nos hace nacer, una divinidad que representa la maternidad universal, por lo que se la considera madre del mundo.
Yemọja está muy unida al Òrìṣà Òṣàlá complementándolo como el principio generador femenino.
En sudamérica su culto fue sometido a nuevas reinterpretaciones que consolidan su asignación como la gran madre de todos los Òrìṣà.
Lo que explica su papel en la génesis como espíritu generador de vida.
Así es que la africana Yemọja, hija el espíritu del planeta tierra Odùdúwa y de Ọlọ́kun rey del mar (el Neptuno Yoruba). Trascendió ampliamente su cultura original enriqueciendo otros cultos chamánicos.
Yemọja tiene diversas manifestaciones en las cuales recibe además los nombres de Inaè, Janaína, Ọlọ́ṣun, Odò Ìyá, etc.
En Salvador de Bahía en Brasil, se dice que existen siete Yemọja mientras que en rio grande del sur en Brasil, Uruguay y argentina, solo existe una, pero que llega por tres caminos.
Yemọja la esencia del clan familiar
Esta fuerza de la naturaleza tiene un papel muy importante en nuestras vidas, porque es la energía que gobierna nuestras casas, nuestros hogares.
Yemọja es la que da el sentido de familia a las personas que viven bajo el mismo techo.
Aquella persona que desee generar sentimiento de amor a sus seres queridos le pide a Yemọja. Porque Yemọja es también la esencia del clan familiar o grupo formado por el padre, la madre y los niños haciéndolos cohesivos.
Yemọja es el sentido de uniones y vínculos, ya sea por lazos consanguíneos o no. Ella rige matrimonios, cumpleaños, las fiestas de bodas y todas las celebraciones familiares.
Quizás por ser Yemọja la esencia del clan familiar, desarrolló profunda influencia en la cultura popular de toda sudamérica especialmente en las artes plásticas, la música y la literatura.
Esta Òrìṣà se ha ido consolidando cada vez más en la cultura sudamericana.
Lo que provocó que su apariencia allá sido muy influenciada adquiriendo muchos aspectos étnicos del nuevo mundo.
Así poco a poco fue convirtiéndose en la Òrìṣà más sudamericana y un verdadero icono de los ancestros afro-americanos. Esto se puede ver a través de su representación por varios intelectuales, artistas y el folclore popular que ven en su imagen juntas las tres razas.
Yemọja y la familiar espiritual
En los Ilé o Casa de tradición chamánica afro-americana, Yemọja actúa dando sentido al grupo. Porque la comunidad allí reunida transforma los periodos de convivencia en actos familiares.
La energía de Yemọja va proporcionando lazos de hermandad en la gente.
Por supuesto también esta sensación de vínculo se forma entre el chamán y el iniciado, como un vínculo entre padres e hijos.
Yemọja nos provoca la necesidad de saber si aquella persona que amamos se encuentra bien. Por este motivo el dolor de la preocupación es una regencia de Yemọja. Fomentando en todos nosotros el amor al prójimo, especialmente en el caso de un familiar, pariente o amigo querido.
Arquetipo de Yemọja
Las características de los que tienen este espíritu de la naturaleza, presentan el siguiente perfil, debido a que Yemọja o Yemanjá es un Òrìṣà de la Creación, su hija por lo general tiene un tipo muy maternal.
Vibración que cuando está en sintonía armónica transmite, bondad, confianza y sentido común, transformándola en una gran consejera.
Generalmente la puerta de su casa siempre está abierta a todos, y le encanta proteger a la gente.
Es el arquetipo de esa mujer cariñosa que siempre adopta emocionalmente a los hijos de los demás como si fueran sus propios hijos encargándose de sus temas, sociales, sentimentales, etc.
La fuerza y la determinación son parte de su carácter básico, así como el sentido de la amistad y el compañerismo.
Estas son personas que no les gusta vivir solas, sienten un fuerte instinto inconsciente de pertenecer a una tribu y por lo que a menudo se casan o se unen a una pareja en una edad temprana.
Por lo general, no aprecian los viajes, incluso odian hoteles, prefieren casas donde pueden repetir rápidamente los mecanismos y casi ritos que hacen todos los días.
Pero no todas son cualidades en el perfil psicológico de Yemọja.
Todos tenemos nuestra sombra esa parte oscura que debemos enfrentar para mejorar. El mayor defecto de los que tienen el perfil psicológico de Yemọja son los celos.
Pasajes de yémòjá
Yemọja en la diáspora, ha sido sincretizada con las deidades Bantúes, Ndanda Lunda y Mami Wata.
Aunque es más popularmente conocida como doña Janaina (deidad tupi-guarani).
Así como también bajo los apelativos de Inaê, Aiucá o María princesa Aioká que en tupi-guarani, significa la que tiene una casa lejos o aislada.
Siendo este elemento el que más abunda en la tierra en sus diferentes estados (sólido, líquido y gaseoso).
Es muy comprensible que Yemọja haya sido uno de los Òrìṣà más transculturalizados o sincretizados. Porque ella siempre está auxiliando a los necesitados brindándoles un abrazo reconfortante, algo que la hizo muy popular en América.
Yemọja Bọ̀sí
Es el camino en que Yemọja se manifiesta como una joven y bella mujer, el nombre Bọ̀sí significa; manténganos siempre.
Ella vive en la orilla del mar y en las rocas grandes que hay en las costas del mar, donde rompen las olas y se genera espuma.
Es el camino o pasaje de Yemọja de las dos aguas, dulce y salada. En la confluencia del río con el mar se encuentra con su hermana Ọ̀ṣun con la cual vive en el agua dulce.
Ella también comparte las aguas dulces de cualquier río con Ọ̀ṣun y se la considera dueña del río Ògún en África.
Representa la mujer que verdaderamente tiene fe en resolver los problemas, ignorando adversidades, siguiendo la corriente hasta encontrar la fuente del problema.
Es la reveladora de lo desconocido y la que resuelve lo imposible.
Dentro de la tradición chamánica afro-americana es muy conocida por curar a los enfermos a base de remedios que solo ella conoce.
Se le puede pedir que aleje a los Àbíku (espíritus que encarnan en niños pequeños que hacen que mueran jóvenes).
Bọ̀sí es la Yemọja que hizo el océano.
Es la Yemọja de las aguas frías, es por ello que sus hijos son más afortunados en los meses de invierno.
En sus características se asemeja a su hermana Ọ̀ṣun, ya que es hechicera y bruja, pero se niega a hacer maleficios.
Vive en las pocetas o en un manantial dentro del monte que nunca se agota debido a su presencia.
Tiene relaciones muy estrechas con Ògún, Ọdẹ, Ọ̀sányìn y Ṣọ̀npọ̀ná; de ay su amplio conocimiento de hierbas y medicinas con las que ayuda a los enfermos.
Por su relación con Ṣọ̀npọ̀ná se dice que es muy misteriosa y también que vive con los Egúngún.
Bọ̀sí es la Yemọja que despierta a los espíritus desencarnados y los atrae con su canto de sirena.
Se considera que cuando Yemọja Bọ̀sí trabaja con los Egúngún, así como con seres que manifiestan las enfermedades que se diseminan en aguas contaminadas.
Lo hace en aguas turbias, cerca de los caños y cloacas que desembocan en el mar. Aunque trabaja en estos lugares, vive en las aguas dulces de los ríos o arroyos y también está en las desembocaduras al mar.
Yemọja Bọ̀mi
Es adulta y ancestral pero no anciana, este nombre se traduce como; cuide de mí, cúbrame, protéjame o protectora.
Yemọja Bọ̀mi nació de las aguas oceánicas, para trabajar por la grandeza de los seres de agua y los Òrìṣà Funfun.
Según la tradición su culto nació en Egbádò o Egbá de la costa. Esta Yemọja es la dueña de las aguas del mar y sus tesoros, aunque vive tanto en lo profundo del mar como del río. En donde trabaja por la noche en las costas a la luz de las estrellas.
Yemọja Bọ̀mi es amada, respetada pero también muy temida, por qué se lleva a la gente para el fondo del mar y nunca más suelta sus cuerpos.
Para evitar estas tragedias se le hacen ofrendas y así no perecer ahogado cuando se debe viajar por el mar.
Yemọja Bọ̀mi tiene un aire de gran dama, altanero, y aunque es muy peligrosa, también es muy sabia y voluntariosa.
En nuestra tradición se cuenta que es muy buena adivinadora y que sus amarres no se desatan nunca.
Esto trajo conflictos que hizo que su relación con Bàbá Ọ̀rọmilàìyá acabara. Pero Ọ̀rọmilàìyá siempre acata su palabra, ya que sus predicciones y medicinas siempre fueron efectivas.
Su mirada es irresistible, por eso para oír a sus hijos y fieles les da la espalda.
Vive en el océano, muy alejada de la orilla, pero también en la espuma del mar, enredada en el limo y en las algas marinas.
Yemọja Bọ̀mi representa la expansión y la riqueza del mar por eso se dice que es la más vieja y la más rica de las Yemọja sin contar a Nana Bọ̀rọkún.
Como ya mencioné, vive muy alejada de la costa tanto en la superficie del océano, como en las profundidades, donde se unen las corrientes marinas.
Su característica fundamental es la estabilidad, porque es la calma del mar.
Mira a las personas con gran orgullo, por lo cual las mira de reojo, expresión que suelen tener también sus hijos.
Muchos dicen que este camino de Yemọja es una expresión de Odùdúwa (el espíritu del planeta tierra).
Es con Yemọja Bọ̀mi donde la verdadera corona de Yemọja nace y de ella nacieron todos los Òrìṣà.
Es la dueña de los tesoros que hay en el fondo del océano, así como también de la fortuna y abundancia de la tierra. Por estos motivos a este camino de Yemọja se le pide para los negocios.
Yemọja Naná Bọ̀rọkún
Es la más vieja de los Òrìṣà femeninos, a la vez agua y tierra, barro fértil.
En nuestra tradición Naná Bọ̀rọkún es un camino de Yemọja y es la mayor. Ella vive en las profundidades del océano junto a Ọṣálúfán y Yemọja Bọ̀mi; pero también en los pantanos de agua dulce y por esto se la relaciona con Ọ̀ṣun Àdókọ.
No debemos olvidar, que Naná era la Vodún principal de los Djèjé cuando fueron invadidos por los yorùbá, quienes la sincretizaron, asimilándola a través de una parábola en la que Òṣàlá la desposó.
Teniendo hijos con ella, de esta manera se ha podido asimilar a los Vodún:
- Lẹ́gbà como Bàrá lọdé.
- También a Ọbà y Ọya; que conservaron sus nombres.
- Ṣọ̀npọ̀ná como Ọbalúayé u Ọmọlú.
- A Ẹ́wà como Timbọ̀wà; entre otros.
La transculturización de Nana fue muy forzada, por lo que en los mitos siempre se recuerda su peligrosidad con el sobrenombre de Burúkú. Porque al robar sus ropas para saber su secreto poder ritual con los Egúngún, Òṣàlá quedo condenado a vestir de mujer por siempre.
Como venganza Òṣàlá, la apoda Nana Burúkú.
Que es un sinónimo de truculenta, atroz, cruel, terrorífica, siniestra, etc., porque según la tradición ella gobierna una dimensión de extrema confusión, espantosa, pavorosa y horrenda.
Este lugar al que me refiero, se describe como una condición de la conciencia en que hay una pequeña esperanza por la transformación espiritual. Pero a través de un medio o ambiente muy malo, muy negativo o muy destructivo, que nos obliga un cambio de actitud.
En nuestra tradición la llamamos Nana Bọ̀rọkún que significa quien nos cubre cuando desencarnamos.
Características generales de Yemọja
Yemọja presenta un carácter tolerante, representando la aceptación y el afecto de una madre o esposa.
Cuenta la tradición que ella ama y protege a los hombres del mar, pero cuando se enamora, se los lleva al mar y los transforma en sus maridos.
Yemọja es la reina de las aguas, siendo las aguas saladas un símbolo; las aguas saladas simbolizan las lágrimas de una madre que llora porque sufre por sus hijos.
Porque ve que la vida aleja a sus hijos de su hogar, separando sus caminos.
Las playas de mares y océanos son las entradas a su casa, en donde por lo general reciben los regalos y ofrendas.
En comparación con las otras deidades del panteón afro-americano, Yemọja es una figura extremadamente simple. Aun así, no se puede negar el hecho de que su popularidad es inmensa, lo que se demuestra en sus celebraciones extremadamente concurridas.
En Brasil, Uruguay y Argentina, es una tradición muy arraigada y popular. Donde los adeptos entregan todo tipo de ofrendas en el mar, tanto en la fecha específica de su aniversario 2 de febrero como en otros momentos del año.
En su aniversario son comunes los círculos chamánicos en la playa, donde se realizan estos rituales, sirviendo a cualquiera que esté interesado.
A pesar de que los preceptos tradicionales le otorgan la función de fecundidad tanto a Ọ̀ṣun como a Yemọja, se puede establecer una buena distinción entre estas dos figuras arquetípicas.
Aunque Ọ̀ṣun es famosa por sus conflictos amorosos, que la ponen en contra de Iànsá y Ọbà, Ọ̀ṣun y Yemọja nunca compiten, de hecho, Yemọja casi no compite con nadie.
Cada una domina la maternidad en un momento diferente.
Mientras que Yemọja se encarga de las distintas etapas de la gestación y coloca los espíritus en los cuerpos, Ọ̀ṣun se encarga de cuidar a la madre y proteger al niño durante toda su infancia.
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