Reverenciar los antepasados

Reverenciar los antepasados

Muchos de nuestros amigos y clientes, nos han preguntado que pueden hacer para venerar o reverenciar los antepasados.

Debido a esto, hemos decidido crear este artículo de blog, en donde compartiremos parte de nuestros fundamentos.

También algunas de nuestras tradicionales formas chamánicas de homenajear o agradecer a nuestros ancestros por su colaboración en nuestras vidas.

Porque, nuestros antepasados están presentes aquí y ahora, a través de nosotros. Ellos, están en nuestro ADN, que no solo estructura nuestra forma física. También nos hace ser quienes somos, formando nuestra estructura psico-emocional y espiritual.

Reverencia a los antepasados en nuestra tradición chamánica

Entre los que seguimos la tradición chamánica afro americana, las ceremonias anuales en honor de los muertos son un medio de asegurarles a nuestros antepasados un lugar entre los vivos.

Nosotros creemos que los espíritus ancestrales tienen la responsabilidad de imponerles a los vivos que respeten las normas éticas presentes en las últimas generaciones de su clan, pueblo o familia.

Estos ancestros, son llamados Egúngún o simplemente Egún, y tanto en su aniversario como en los días de celebración, se realiza una visita donde yacen los seres queridos que hayan fallecido; se les deja flores y se reza por ellos.

Esta celebración es una forma de reverenciar los antepasados, principalmente los días 1 y 2 de noviembre.

Aunque en algunos lugares los practicantes del chamanismo sincrético afroamericano comienzan los rituales desde el 31 de octubre, coincidiendo con las celebraciones de la tradición católica del día de los fieles difuntos y todos los santos (Halloween).

Nuestra tradición chamánica, que ha estado influenciada y sincretizada por el catolicismo, adopto estos 3 días, como una oportunidad de reverenciar a los antepasados.

Considerándolos una fuerza colectiva, y totalmente activa en nuestras vidas.

Rituales para reverenciar los antepasados

Pero esta no es la única forma de reverenciar los antepasados, ni la única época al año en la que se veneran los ancestros.

Estos espíritus de ancestros en ocasiones también pueden ser reverenciados en los rituales de los círculos chamánicos, donde hasta es posible que se manifiesten a través de los canalizadores.

Cabe destacar que no canalizamos a los espíritus de muertos recientes.

A través de los tambores, los cantos sagrados y el giro chamánico, los canalizadores o médiums entran en el trance chamánico manifestando los espíritus de los antepasados.

Cuando la conexión espiritual se ha completado, los espíritus a través de los canalizadores dan mensajes, advertencias y bendiciones a los espectadores reunidos.

Antes de continuar queremos destacar que en ninguna lengua nativa en la que se practican tradiciones chamánicas ancestrales existe una palabra para describir el concepto de «religión».

La ausencia de esta palabra da una idea de cuán diferente puede llegar a ser la concepción de la vida después de la muerte y del sentido de la vida para estas culturas, en donde lo religioso se concentra en un modo de vivir y formar parte de una comunidad.

Todos los cultos chamánicos del mundo tienen un denominador común, una creencia que engloba el presente, el pasado e incluso el futuro del grupo, reverenciar los antepasados a través de un culto.

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CHAMANISMO ANCESTRAL

Las almas de los antepasados (reverenciar los antepasados)

El culto a las almas de reverenciar los antepasados no es algo nuevo, pues ya se practicaba desde la época precristiana y se trata de una práctica universal a todas las culturas.

Los evangelizadores cristianos de tiempos coloniales aceptaron en parte las tradiciones de los esclavos africanos, así como la de los antiguos pueblos nativos americanos, fusionándolas con las tradiciones europeas, para poder implantar más fácilmente el cristianismo entre dichos pueblos.

Es importante en este punto mencionar lo que en nuestra tradición llamamos «las Almas», que se manifiesta como una sola entidad y representa «el espíritu colectivo» de los antepasados.

Aunque para nosotros, la presencia de el gran ser cósmico y sus manifestaciones a través de los espíritus de la naturaleza (Òrìṣà) inciden directamente en la vida diaria, ya que ellos viven en permanente interacción con todos nosotros su forma de expresarse no siempre es fácil de interpretar.

Por este motivo, tenemos alguien más cercano y sencillo de entender en nuestra vida cotidiana, las almas de los antepasados.

Pero la clasificación de los espíritus en diferentes tipos, aunque podría parecer una tarea bastante sencilla, es de hecho un tema extremadamente complejo, que implica la comprensión del septenario sagrado y de las diferentes fajas vibratorias.

Ritual de las almas o de reverenciar los antepasados

Cuando una persona asiste a una sesión de conexión espiritual, se enfrentan a algunas dificultades, estas consisten en distinguir entre los nombres personales y términos genéricos para los tipos de espíritus.

Para algunos también resulta difícil entender la determinación de «conjuntos», donde un canalizador puede manifestar varias categorías de espíritus en la misma faja vibratoria.

Por otro lado, durante la ejecución del círculo chamánico es posible que un canalizador o médium lleve un tipo de ropa y la cambia o complementa adaptándola a ese espíritu.

Pero esto no es todo, porque la «disposición de las capas o estratos del plano espiritual» pueden hacer que las manifestaciones varíen mucho.

Tales factores demuestran la complejidad de asistir al análisis de las clasificaciones que se realizan según esta tradición chamánica, en especial la que ordena, jerarquiza y nombra, dentro de las diferentes fajas vibratorias, los seres espirituales y la clasificación del septenario sagrado.

Surgen estas mismas dificultades en la definición y el uso del término «almas» en sí mismo.

Para esto, hay que tener en cuenta que nuestra tradición chamánica distingue claramente entre antepasados ascendidos y otros en proceso de atención.

Diferencia entre ancestros ascendidos y no ascendidos

Las almas de ancestros ascendidos, son los miembros de la tribu que murieron hace mucho tiempo, por lo menos cuatro o cinco generaciones atrás y cuidan de sus descendientes.

Por el contrario, los que se encuentran aún en proceso de ascensión, alude a los espíritus recientemente desencarnados como; padres, abuelos y a veces hasta bisabuelos.

En este caso, los espíritus desencarnados pueden no tener todas las facultades ni la lucidez necesaria para usar sus capacidades de forma correcta, por lo que es mejor no recurrir a ellos.

Lamentablemente a veces los espíritus en proceso de ascensión son manipulados de forma egoísta por personas con malas intenciones.

En caso de que una persona desee ayudar a un familiar en su proceso de ascensión, el día de los fieles difuntos es ideal.

Para este fin deberá llevar 9 velas blancas 8 vasos de vidrio y una copa con agua y 9 rodajas de pan a un lugar tranquilo en la naturaleza.

Como, por ejemplo, un río, una playa o una montaña.

Debe ser algún lugar que a esta persona le gustaría, o donde usted se sienta bien, un lugar que le traiga paz, le transmita armonía y gozo.

Una vez allí realice una oración hablándole a el espíritu del árbol familiar pidiéndole que abrace a este miembro de él clan y que lo lleve hacia la liberación de sus ataduras terrenales.

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Dentro de nuestra filosofía chamánica, los antepasados cuidan de sus descendientes por tradición, pero también por interés propio.

Debido a que, si algo malo le ocurriera a su clan y éste desapareciese, también desaparecería su culto.

Dando como consecuencia que el antepasado perdería lo que le arraiga a la tierra, convirtiéndose en un espíritu maligno y errante.

Mientras el ancestro sigue conectado a su clan, todo va bien para ambas partes, los descendientes le rinden culto y él los cuida protegiéndolos de las enfermedades y problemas de todo tipo.

No como un dios inaccesible y lejano, sino como un ser que está presente en muchos aspectos de la vida de cada miembro del clan.

Clasificaciones de los espíritus

Aquí hablare del Ọrun, es decir, la dimensión espiritual o dimensión astral en donde habitan los espíritus.

A continuación, presentare un resumen de la clasificación de los espíritus, para orientar a nuestros lectores y que puedan comprender mejor como reverenciar a sus antepasados:

 Emi (yo)

Esta palabra es de origen yorùbá y literalmente significa «Yo», como el ser individual que se forma en cada reencarnación y al que podríamos definir como el Ego o Yo inferior.

Consideramos con el nombre de Emi al espíritu que todavía no ha pasado por el juicio de Òrìṣà.

Según nuestra tradición el juicio del espíritu se produce luego del séptimo día de su partida, por esta razón la ceremonia fúnebre que denominamos Ẹlẹ́sùn que significa se puede dormir dura una semana o aquel que descansa.

Muchas veces, esta ceremonia termina en el Báàlẹ, una casita que queda separada del resto de las construcciones y generalmente va situada en los fondos del terreno o en el frente al lado de la casita de los guerreros, que se encargan de cuidar y proteger las casas de esta tradición.

 Iwin (fantasma)

Estos son espíritus errantes considerado muerto por los vivos y vivo por los muertos.

Los Iwin están marcados por el estigma del ego, siendo una deshonra para su clan y creando mala fama, es decir, son espíritus que han cometido faltas graves durante el tiempo que les ha tocado estar en el mundo terrenal y/o han tenido muertes trágicas aferrándose a la vida con tenacidad.

Estos espíritus, se encuentran en un plano intermedio entre el plano espiritual y el físico, llamado Ọrun làárín yèyín.

Plano espiritual intermedio.

En este plano espiritual, no tienen la bondad de ningún estado, ni muerto ni vivo.

Estos espíritus son los que llamamos en periodo de transición y en ocasiones perturban a los vivos causando todo tipo de problemas.

Burú (malo)

Después de un tiempo, los espíritus antes mencionados, pasan a el Ọrun Isàlú o Asàlú. Un lugar, donde se producen los juicios.

Si este no sale favorable, serán enviados a Ọrun Burúkú, el espacio malo, malvado, cruel.

El cual, es caliente como la pimienta; según la definición de los yorùbá; un lugar, destinado a las personas malas.

Pero, esta no es su última morada, ya que luego pasara por Ọrun Apàádì. La dimensión de la ´basura´ celestial; de las cosas rotas y que es imposible reparar o restituir a la vida terrestre.

Mas tarde, mediante la reencarnación, allí dejara un espectro.

Para finalmente, pasara a Ọrun Afẹfẹ; donde se produce la corrección. Un espacio, en que los espíritus permanecen para corregir sus conductas negativas, hasta que finalmente reencarnen.

Àbí (empático)

Esta palabra representa para los yorùbá, un ego resplandeciente como un relámpago.

Son los espíritus que, teniendo una vida digna, respetuosa con su destino prefijado, y siendo empáticos con sus semejantes, obtienen una recompensa por sus actos.

Los Àbí al desencarnar, han pasado exitosamente el juicio de Òrìṣà, y se les concede disfrutar en la compañía de los Òrìṣà y los ancestros; en el seno del gran ser cósmico Ọlọ́dùmarè.

Esta dimensión, se llama Ọrun Bàbá ẹ̀nì, que significa; el plano espiritual del padre lucero.

Es una, de las cuatro dimensiones superiores que existen.

Dentro de la sustancia física eterna, omnipresente e imperceptible; el fundamento y la esencia de todas las cosas en el mundo material radica en esta dimensión espiritual.

De dimensión surge el primer elemento material creado por el gran espíritu; los otros son: aire, fuego, agua, tierra.

Reverenciar los antepasados Egúngún o Egún-gún

Literalmente esta palabra yorùbá significa hueso.

Hace referencia a espíritus de los chamanes de esta tradición o sea de los Bàbálọrìṣà y las Ìyálọrìṣà.

Ellos, además de haber gozado de dignidad y respeto en su vida, tuvieron la oportunidad de criar hijos terrenales y haber iniciado a personas en esta tradición.

Estos Egúngún, van a tener y tienen, la posibilidad de disfrutar en el Ọrun, junto a los Òrìṣà y sus ancestros, así como de otros chamanes.

Creemos importante destacar que, existen varios tipos de Egúngún. Aunque, cada uno de ellos son entidades, que representan una comunidad de ancestros.

Hoy en día, muchas personas independientemente de cualquier doctrina o corriente de pensamiento, son conscientes, de la existencia de los maestros del septenario sagrado.

Incluso, algunos de ellos, tienen la posibilidad de conocer a las entidades espirituales personalmente.

Esto lo hacen a través del médium, que muchas veces trabajan en un gran esquema de esfuerzo unificado, generando un efecto mariposa que escapa a su percepción.

Un muy buen ejemplo de esto, son las sesiones chamánicas; trabajos espirituales que alientan a estos encarnados, verdaderos seres consientes, comprobando su entendimiento espiritual a través del servicio mediúmnico. Estableciendo así, más allá de todo debate, la realidad del gran trabajo de los jefes de línea vibratoria.

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