Historia del Caboclo Pena Branca
Pena Branca nació aproximadamente en el año 1425, en una región entre Brasilia y Goias, Brasil.
Era el mayor de sus hermanos y su padre era el cacique de una de las tribus Tupinamba.
Desde muy temprana edad, Pena Branca se mostró con una diferencia entre los otros indios de la misma tribu, ya que poseía una extraordinaria inteligencia.
En la época no había la costumbre de hacer intercambios de artesanías, herramientas y alimentos entre tribus, apenas algunas tribus hacían esto; pues había una cultura de subsistencia.
Pero el Cacique Pena Branca fue uno de los primeros en incentivar la mejoría de condiciones de las tribus y por eso asumió la tarea de hacer intercambios con otras tribus, entre ellas la de; Je o Tapuia y Nuaruaque o Cariba.
Pena Branca y Tupiniquin
Cuando hacia una de sus peregrinaciones, el Cacique Pena Branca conoció en la región del nordeste brasilero (hoy Bahía), a una india Tupiniquin, que se llamaba flor de la mañana.
Al verla se enamoró de ella inmediatamente y más tarde fue su mujer. La cual fue siempre un gran apoyo en su lucha por unificar las tribus de Brasil, defender su forma de vida y sus tierras.
Como cacique, Tupinamba fue respetado por las tribus tupis, así como por todas las otras tribus y principalmente el mayor rival, los Caramurus. Que después de la llegada de los portugueses se unirían a los Tupinambas.
Naciendo entonces otra nación indígena, la nación Caramuru/ Tupinamba. En la cual, Pena Branca paso a ser Cacique general, a pesar de eso, continuo su trabajo de itinerante por todo el Brasil en el intento de fortalecer y unir la cultura indígena.
Cierto día Pena Branca estaba en cima del monte Pascual en el sur da Bahía y fue el primero en ver la llegada de los portugueses en sus canoas con grandes cruces rojas.
Pena Branca estuvo presente en la primera misa realizada en el Brasil por los jesuitas, oficiada por el fraile Henrique de Coímbra.
Desde entonces busco ser el porta voz entre los indios y los portugueses, siendo precavido por la desconfianza de las intenciones de aquellos hombres blancos que ofrecían objetos, como espejos y peines para agradarlos.
Para entender mejor a los extranjeros, el Cacique Pena Branca aprendió rápidamente el portugués y la cultura cristiana con los jesuitas.
Además, tuvo un gran contacto con los corsarios franceses, con quienes aprendió también a hablar francés. Los cuales conseguirían penetrar en la costa brasilera (sin el conocimiento de los portugueses), mucho antes de las grandes invasiones de 1.555.
Los intercambios de objetos artesanales y el comercio de palo Brasil entre indios y portugueses eran vistos con reservas por Pena Branca.
Pues allí comenzarían las épocas de la esclavitud indígena y la intención de Pena Branca siempre fue la de progresar culturalmente con la llegada de esos nuevos pueblos a los cuales él llamaba de amigos.
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Fallecimiento
El cacique falleció en el año 1.529 con 104 años de edad, dejando una gran nostalgia a todos los indios del Brasil.
Pero nunca fue olvidado, siendo reconocido en la espiritualidad como servidor en la asistencia a los indios brasileros.
El cacique Pena Branca trabaja conjuntamente con otros grandes espíritus que hoy trabajan en Umbanda, como el Cacique Aimore, Jurema, Cacique Tupinamba y Cacique Cobra Coral, entre otros.
Pero su trabajo no solo fue en colaboración con los nativos. Ya que a pesar de no haber conocido al padre Javier de Anchieta en vida; porque este llego al Brasil a mediados de 1554.
El Cacique Pena Branca fue uno de los espíritus que ayudo a este abnegado jesuita en su desligamiento desencarnatorio.
Por eso el Padre José de Anchieta, trabaja actualmente en conjunto con el maestro y cacique Pena Branca, como un Semiromba, que significa hombre puro.
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